Como parte de la organización de las fuerzas militares en el territorio peruano, San Martín diseñó un plan para tomar el sur del Perú desde diferentes frentes. La zona de Arequipa fue un punto estratégico privilegiado entre el virreinato peruano y la península, tanto por su litoral como para la formación de una base de apoyo popular contra los realistas. Tras su partida y la incertidumbre de disponer del apoyo inmediato de las tropas de Bolívar, quien se encontraba luchando por consolidar las independencias de los territorios del norte, la ejecución de los planes militares esbozados por San Martín recayeron en el Congreso y la Junta Gubernativa, quienes decidieron que la expedición quedaría a cargo del general salteño Rudecindo Alvarado.
Con la derrota de las fuerzas de Santa Cruz y la retirada de Sucre de Arequipa hacia Lima, un país dividido entre dos centros políticos y militarmente derrotado quedó al mando de Simón Bolívar, quien fue nombrado “autoridad suprema” del Perú el 2 de septiembre de 1823. Frente a los fracasos y el nivel de polarización existente, el apoyo extranjero de las tropas colombianas fue indispensable para la causa independiente y jugó un papel decisivo en las últimas campañas de la guerra en 1824.
Referencias
Sobrevilla Perea, N. (2008). Las campañas a los puertos intermedios y la fase «peruana» de la independencia. Revista De Indias, 81(281), 115-141. https://doi.org/10.3989/revindias.2021.04
Suyo Ñaupa, H. J. (2021). Guerra, movilización y resistencia realista en el sur andino. Arequipa, 1820-1821: Visión preliminar. Argumentos, 2(1), 79-99. https://doi.org/10.46476/ra.v2i1.101
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