El desembarco de José de San Martín junto con la Expedición Libertadora en la bahía de Paracas el 8 de septiembre de 1820 fue el resultado de un proceso que se inició en Argentina con la formación del Ejército de los Andes. En esa etapa, desde Argentina y Chile se enviaron emisarios al Perú con el objetivo de negociar el canje de prisioneros patriotas por realistas. Además, como agentes encubiertos tenían la misión de reconocer el estado social y político de la población, hacer proselitismo a favor de la causa emancipadora y distribuir una serie de impresos, muchos de ellos suscritos por José de San Martín. En 1819, marcharon dos expediciones comandadas por el marino inglés Thomas Cochrane, que duraron aproximadamente cinco meses cada una. Durante ese tiempo, además de realizar escaramuzas y desestabilizar el ánimo de los realistas, en cada desembarco lograron encauzar las voluntades hacia el propósito de la emancipación.
La tercera expedición comandada por el general José de San Martín desembarcó el 8 de septiembre de 1820 en la bahía de Paracas con el propósito de concretar la emancipación del Perú del gobierno colonial. El éxito de la gesta libertadora no habría sido posible sin la colaboración de los patriotas peruanos, quienes a lo largo del tiempo y desde diversos frentes contribuyeron con la insurgencia a socavar el poder virreinal. El Perú, en estos doscientos años de vida independiente y aprendizaje de autogobierno, ha experimentado infortunios y éxitos. Actualmente, continuamos en el proceso de construir una nación en que concurran los ideales del país que todos los peruanos aspiramos.
Referencia
Pons, M. G. (1971). La expedición libertadora. Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú.
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