El monopolio fue la base de la relación comercial entre España y las Indias que se vio fortalecido por el dominio geográfico, la extracción exclusiva de recursos naturales, el abastecimiento de los requerimientos de la industria y la satisfacción de la demanda de productos manufacturados tanto para España como para las Indias. Además, la Corona prohibió la producción y comercialización entre las regiones por temor a la competencia con los productos de la metrópoli.
La implementación de las reformas borbónicas en el comercio americano mantuvo las restricciones en el comercio internacional con el fin de evitar que las potencias rivales se beneficiaran del comercio español. Salvo autorizaciones expresas, los comerciantes extranjeros, especialmente ingleses, franceses y holandeses, siguieron excluidos de negociar con las Indias. Las medidas generaron mayor insatisfacción e incrementaron males, como la corrupción de funcionarios, el contrabando, la piratería y otras alteraciones en el gobierno que se aunaban a los conflictos bélicos que enfrentaba España con los Estados rivales y a la convulsión social y política en las colonias estimulada, además, por las ideas ilustradas.
En el Perú, la aplicación del proyecto de reforma de los Borbones tuvo resultados notables en la renovación económica y político-administrativa, pero también repercutió en la población recrudeciendo el descontento acumulado por el funcionamiento de los corregimientos y el resentimiento de los españoles americanos ante la marginación de la que eran objeto. La rebelión de Túpac Amaru representa el descontento americano ante la violencia y la represión de las autoridades españolas. La derrota de los realistas frente a los patriotas en la batalla de Ayacucho en 1824 marcó el fin del poder español en el Perú y en América.
Referencias
Floristán, A. (2005). Edad Moderna: Historia de España. Ariel.
García Cárcel, R. (Coord.). (2002). Historia de España: siglo XVIII: la España de los Borbones. Cátedra.
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